Según Cancino, esta práctica supone un engaño directo a los consumidores, que creen que están adquiriendo un producto puro, cuando en realidad están comprando una versión alterada, incurriendo en riesgos para su salud.
El lactosuero es un residuo abundante obtenido durante el procesamiento de quesos que muchas empresas del sector lechero utilizan para rendir la leche y venderla a un precio más económico.
Por este motivo, el concejal hizo un llamado a la Secretaría de Salud y demás autoridades competentes para que tomen acción sobre el caso y realicen las investigaciones necesarias para poder detener estos procedimientos “inescrupulosos”.
“Nuestra veeduría ha arrojado que la adulteración de la leche con lactosuero es una práctica que se viene replicando cada vez más. Esta es una situación alarmante y preocupante, ya que no se respetan los principios de la libre competencia y se vende leche adulterada como si fuera leche pura. La Secretaría de Salud tiene que actuar inmediatamente. Es necesario hacerle frente a los comercializadores de este producto alterado, como lo son las grandes superficies”, afirmó el concejal.
Esta situación tiene una afectación en varios niveles, porque impacta a los tenderos, al gremio lechero, a los productores y a los usuarios.
El concejal dijo: “De hecho, la perpetuación de esta problemática es aún más negativa en medio de la coyuntura en la que nos encontramos. Para lograr una reactivación eficiente de la economía y del sector, es necesario impedir la propagación de estas prácticas y proteger a los pequeños ganaderos y a toda la cadena de valor”.
“Es necesario trabajar de la mano y en coordinación con las autoridades sanitarias y reguladoras como el Invima, que cuentan con todos los mecanismos y condiciones técnicas para establecer medidas de control”, terminó Cancino.
Demogán ha realizado estudios y pruebas en laboratorios para comprobar la supuesta adulteración realizada por nueve compañías diferentes que le llevaron a la instauración de una acción popular en contra de estas empresas con el objetivo de proteger la seguridad alimentaria, amparar a los campesinos y lograr un etiquetado que diferencie claramente a la leche de la bebida láctea.
Las empresas fueron Gloria Colombia S.A., Compañía Lechera el Mortiño S.A.S, Lácteos la Esmeralda S.A.S, Productos Alimenticios el Recreo S.A.S, Alimentos del Valle S.A., Doña Leche Alimentos S.A., Parmalat Colombia Ltda., Productos Lácteos Colfrance y Laktoland S.A.S.
Fuente: Revista Semana