La leche está compuesta por varios nutrientes que incluyen agua, vitaminas, carbohidratos y dos proteínas: 80 % caseína y 20 % suero. El suero es la parte líquida translúcida de la leche que queda después del proceso de fabricación del queso, después de la coagulación y la eliminación de la cuajada.
Hasta hace unos años, era considerado un subproducto de desecho de la producción de productos lácteos como el queso o el yogur. Pero en los últimos años se han encontrado nuevos usos para este producto, considerado rico en nutrientes.
El suero puede ser ácido (lo es el del yogur y los quesos blandos como la mozzarella) o dulce (proviene de los quesos más duros, como el cheddar y el suizo). La proteína de suero obtenida de la fabricación de queso se somete a algunos pasos de procesamientos que terminan con una proteína en polvo súper concentrada.
Por sí sola, la proteína de suero no tiene gusto. Esta es la razón por la que generalmente se agrega a polvos con sabores a vainilla, fresa o chocolate. También se encuentran en suplementos alimenticios y barras energéticas.
En su estado líquido original, el suero es una mezcla de agua con algunas proteínas, grasas, carbohidratos y lactosa. Una vez separado de la leche o el queso durante la producción, el suero se procesa para convertirse en lo que la mayoría de nosotros conocemos como proteína de suero en polvo.
El suero de leche puede procesarse de tres formas distintas:
En la mayoría de los casos, la proteína de suero se toma con tres fines:
Aunque el suero está compuesto en un 90 % de agua, es rico en nutrientes: contiene los elementos solubles de la leche, como la lactosa, además de proteínas completas, lo que significa que contiene los nueve aminoácidos esenciales, incluidos los tres de cadena ramificada: leucina, isoleucina y valina.
Estos aminoácidos se relacionan con la síntesis de proteínas musculares y la protección contra la degradación muscular para obtener energía. Son cruciales en la reconstrucción y reparación del daño muscular causado por el ejercicio.
Algunas personas que son alérgicas a la leche pueden ser también alérgicas al suero. En dosis moderadas, la proteína de suero generalmente no causa ningún efecto adverso (una dosis diaria recomendada es una o dos cucharadas, unos 25 o 50 gramos).
En dosis más altas, la proteína de suero puede provocar problemas digestivos como dolor de estómago, flatulencias, diarrea y calambres.
Recuerda que puedes obtener suficiente proteína de una alimentación saludable y variada. Si tienes problemas para satisfacer tus necesidades diarias de proteínas, consulta con el médico, que te aconsejará si necesitas o no tomar proteína de suero.
Fuente: Axa Health Keeper
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