El peligro de la leche barata

Fecha

08·09·2021

El Juez 13 Civil del Circuito de Bogotá admitió en diciembre del 2019 una Acción Popular contra empresas que adulteran leche con lactosuero. Hoy te invito a ser el eco de esta denuncia para no dejar morir este tema hasta que tengamos una respuesta contundente a favor de la leche saludable para las familias colombianas.

Diciembre de 2019. Desde esa fecha se informa oficialmente que la venta de leche adulterada es una realidad en las principales ciudades del país. Tengamos presente que en la ley colombiana está estipulado que el uso de lactosueros en la leche está prohibido según el Decreto 616 de 2006, artículo 14, y no podemos dejar pasar de agache el hecho de que de unos años para acá existen empresas inescrupulosas adicionando este insumo a la leche. De esta forma, han estado engañando a las mamás de Colombia con la venta de estas falsas leches adulteradas.

Este es un engaño frente a la confianza de las familias consumidoras que, al pagar por una leche con un valor menor al del promedio del mercado, no saben que en realidad se trata de una adulteración.

El pasado 28 de marzo del 2021, en el periódico La Vanguardia, la columnista Cristina Plazas tocó el tema en su artículo titulado ‘Empresarios deshonrosos’. Allí habla detalladamente de esta infamia y cuestiona al gobierno por no perseguir a las empresas responsables de este delito que está afectando la nutrición de miles de familias. Por su parte, Martha Ordóñez, exconcejal, consejera Presidencial para la Mujer en el gobierno de Juan Manuel Santos, defensora de los derechos de las mujeres y de los niños, y periodista colombiana, también ha puesto su voz respaldando esta denuncia.

Pienso que todas las colombianas deberíamos estar sumando nuestra voz a esta situación tan delicada y perjudicial. ¿Por qué olvidamos tan pronto esta denuncia? Es fundamental que entendamos que los costos de producción de la leche son mayores a los precios de venta de las leches adulteradas. Desde hace años se ha detectado la venta de este producto principalmente en las grandes ciudades. En Bogotá, por ejemplo, encontramos diferentes almacenes ofreciendo esta opción de leche en todas las localidades.

Quiero insistir en el crimen que se comete con las familias más vulnerables, debido a que muchas veces estos hogares lo único que tienen para darle a sus hijos es un vaso de leche. Por supuesto que todas las personas sabemos que es preferible una leche adulterada como ésta, a nada, pero no deja de ser inhumana la sola idea de pensar que los niños más pobres del país no tienen derecho a leche de calidad.

Una realidad comprobada y sus implicaciones

A través del uso de un método llamado HPLC (cromatografía líquida de alta eficacia) se mide, por medio de una curva de calibración, cuanta cantidad de suero tiene una leche. Esto permitió demostrar que esta problemática es real en Colombia: tenemos transitando leche adulterada como si la nutrición de las familias colombianas no fuera de vital importancia.

Los análisis fueron realizados por el laboratorio MUVA en Alemania, el cual determinó que el producto analizado había sido adulterado y que hay ciertas marcas que han adicionado lactosuero.

Es importante que pensemos antes de comprar una leche ‘barata’ que desconocemos los controles y componentes que este producto final tiene. Con esta situación podemos entender que existen varios sectores afectados: ganaderos, consumidores, industria, tenderos y madres de familia de escasos recursos, quienes, por ejemplo, buscando ahorrar y procurando dar a sus hijos la mejor alimentación, terminan comprando este producto creyendo que es una “ganga”.

Aparte de la afectación en la salud de las familias colombianas existe también una afectación económica a los pequeños productores. Se calcula que al día se venden un estimado de 400 mil litros diarios de estos productos con lactosuero. Estamos frente a un fenómeno que afecta, en promedio, a 350.000 lecheros, y en donde se están beneficiando maquilladores inescrupulosos que venden falsas leches con lactosuero.

El derecho a la vida digna tiene que ver también con la nutrición y la salud. No puede haber vida digna si no hay dignidad alimentaria. Esto debe considerarse un crimen y todas las personas que defienden la vida deberían estar haciendo eco a esta denuncia. Sabemos que no ocurre únicamente en Colombia y no por eso es justo que suceda.

Yo les invito a sospechar de toda leche extremadamente económica y, mientras se logra una respuesta contundente por parte del Estado para controlar esta infamia, pasen la voz a todas las familias que conocen explicándoles la situación. No dejemos morir el tema, nuestros niños y niñas necesitan del calcio de la leche más que cualquier otra persona. Las familias colombianas son merecedoras de dignidad alimentaria y está en nuestras bocas el hacer lo posible por evitar que continúe la producción y venta de esta basura.

Tomado de: El Espectador

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